Lo sabemos, estamos convencidos. Llevamos más de una década comprometidos con la formación para empresas porque creemos que en un entorno empresarial en constante evolución, es un pilar fundamental para el crecimiento y la competitividad.
Y nos reunimos varias veces a la semana con empresas de todos los tamaños para hablarles de nuestros cursos y nuestro catálogo y hemos detectado que muchas de ellas ni siquiera contemplan o saben que nuestro catálogo se puede bonificar con la formación programada. Lejos de lo que se piensa, puede ser más fácil de lo que parece y el ahorro en costes de formación es más que significativo.
En este post, queremos dar una visión general del panorama de la formación programada en España extrayendo y analizando los datos que nos ofrece el último informe de la Fundación Estatal para el Empleo (Fundae) sobre la formación en empresas.
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¿Cuántas y qué tipo de empresas se benefician de la bonificación en formación?
La sensación de que las empresas no terminan de aprovechar las bonificaciones lo comprobamos en el informe de 2022 (es el último que ha salido) de Fundae sobre formación para empresas.
Los datos arrojan que solo el 20% de las empresas españolas aprovechan sus créditos de formación. Así del 1.660.580 empresas beneficiarias potenciales, solo 343.677 tramitan estas bonificaciones.
Debemos tener en cuenta que todas las empresas del sector privado que cotizan por sus trabajadores en concepto de formación profesional son beneficiarias potenciales de la formación, incluidas aquellas del sector agrario.
Eso sí, cabe resaltar que en 2022 realizaron formación 20.910 personas más que en 2021, lo que supone un incremento anual del 8,5 %. Por tanto, la formación programada va calando poco a poco en las empresas pero queda mucho camino por recorrer.
En cuanto a la distribución por sectores de actividad, se observa que el mayor número de empresas que participan en formación bonificada se concentra en los ámbitos de la sanidad y servicios sociales, la educación, la intermediación financiera, las actividades inmobiliarias, el transporte, el comercio, las comunicaciones y las actividades socioculturales. Por otro lado, se destaca que el sector agrícola presenta la menor presencia en este tipo de formación.
Por tipo de empresa la tasa de cobertura para grandes empresas (se consideran gran empresa a partir de 250 trabajadores) se sitúa en el 91,7%, mientras que las microempresas (de hasta 9 trabajadores) tienen la tasa de cobertura más baja con un 15,5%. Por su parte, la mitad de las pequeñas (de 10 a 49 trabajadores) y el 80% de las medianas (de 50 a 249 trabajadores) aprovechan sus créditos de formación.
Este análisis se puede traducir, en que las medianas y grandes compañías cuentan con departamentos propios de formación que pueden gestionar de forma más ágil y sencilla todas las tramitaciones para bonificar los cursos para sus trabajadores, mientras que las microempresas pueden tener más dificultades (por falta de personal o tiempo) para estar al día de todos los pasos y requisitos que les permitan optar a estos créditos.
¿Cuál es el perfil del participante?
Teniendo en cuenta el informe de Fundae de 2022 de formación para empresas el perfil del participante medio de cursos bonificados a través de las cuotas de la seguridad social sería un hombre con un cargo de oficial de primera y segunda entre 40 y 55 años que al menos realiza un curso al año para mejorar sus habilidades y competencias. Muy seguido de mujeres trabajadoras con estudios superiores.
Es más la participación femenina en este tipo de formación se ha incrementado un 20% más respecto a 2021.
¿Cuál es el coste medio de la formación?
El coste medio de la formación por participante se sitúa en 273 euros, de los cuáles las empresas han podido bonificar 106 euros y sufragar los 167 restantes.
Hay que tener en cuenta que la formación programada es una ayuda para fomentar la apuesta por el talento de los trabajadores, pero las empresas tienen la responsabilidad de contribuir con sus propios recursos a la financiación de la formación de sus empleados, siendo posible imputar los costos salariales de los trabajadores por el tiempo dedicado a la formación durante su jornada laboral, como una inversión privada en los gastos de formación.
Es importante destacar que las empresas que cuentan con un personal comprendido entre 1 y 5 trabajadores están exentas de esta obligación. En cambio, el resto de las empresas deben cumplir un porcentaje de cofinanciación dependiendo de su tamaño:
- Empresas con 6 a 9 trabajadores: 5%.
- Empresas con 10 a 49 trabajadores: 10%.
- Empresas con 50 a 249 trabajadores: 20%.
- Empresas con 250 o más trabajadores: 40%.
La bonificación cubre los gastos directos, indirectos y los relacionados con la organización de la formación. Las empresas pueden justificar tanto los costos directos como los costos indirectos de la actividad formativa, siempre dentro de los límites de los módulos económicos máximos, que varían según la modalidad de formación. Los costos indirectos no pueden superar el 10% del costo total.
Además, si las empresas contratan a una entidad externa para la organización de la formación, también pueden justificar los costos relacionados con la organización, con un tope del 10% del costo total de la actividad formativa. Es importante señalar que este porcentaje se eleva al 15% para empresas con 6 a 9 trabajadores y al 20% para empresas con 1 a 5 trabajadores.
¿Qué cursos y modalidad se imparten de forma mayoritaria?
Las acciones formativas financiadas mediante bonificaciones en las cotizaciones de la Seguridad Social deben estar orientadas a cubrir las necesidades de capacitación de los trabajadores y deben guardar coherencia con la actividad empresarial.
En el informe 2022 de Fundae se aportan datos de los cursos que forman parte del catálogo de especialidades formativas, sin embargo se pueden financiar otras acciones formativas que no formen parte de este tipo de formación de las que hablaremos más adelante.
Centrándonos en los datos de Fundae, los cursos de la familia profesional de Administración y Gestión que incluye materias relacionadas con gestión de recursos humanos, operativa bancaria, gestión digital y un largo etcétera suponen el 29,7% de los participantes. Seguido de cerca por la familia profesional de Seguridad y Medio Ambiente con un 24,7% con cursos de prevención de riesgos laborales como los principales aliados. En el 8% de participantes se sitúan las familias profesionales de Servicios Socioculturales y a la Comunidad y Comercio y Marketing con cursos sobre primeros auxilios y herramientas digitales y de destacar también la familia profesional de Formación Complementaria con curso sobre legislación y normativa con un 7,5% de los participantes.
En muchas ocasiones, los departamentos de formación han elaborado un listado de necesidades formativas que no logran cumplir con el catálogo de especialidades formativas y recurren a catálogos privadas o incluso contenidos personalizados. Y en Smartmind también hemos logrado bonificar cursos de nuestro catálogo corporativo o también de nuestras colecciones de microlearning.
Por otro lado, en un mundo cada vez más digitalizado, es interesante observar que en formación programada la modalidad presencial cuenta con la mayoría de participantes un total de 62,7%. Eso sí, son cursos con duraciones breves si nos vamos a cursos con mayor duración nos vamos a modalidad de teleformación e incluso mixta.
¿Apostar por una empresa externa sí o no en la formación programada?
Al igual que ocurre con los tipos de empresas, apostar por una empresa externa para la formación de tus trabajadores dependerá de las herramientas y el personal propio del que cuentes para poder ejecutar o no tus cursos bonificados.
En 2022, del total de empresas que optaron por la formación programada, el 88% confió en una entidad externa para que ejecutará sus créditos bonificados, el 8% simultáneo ambas opciones y solo el 4% realiza su propia formación.
Para poder acceder a la bonificación de los costos de la formación, las empresas deben garantizar la ejecución exitosa de la misma y llevar a cabo las labores de supervisión, control y evaluación por cuenta propia o confiarlas a una entidad externa que esté dispuesta a someterse a los procesos de verificación, seguimiento y fiscalización llevados a cabo por las autoridades pertinentes. Además, es esencial que las empresas respeten el derecho a la información y la consulta de la representación legal de los trabajadores. Una serie de requisitos que pueden suponer muchos quebraderos para algunas empresas.
Resumen de los datos más relevantes del informe de Fundae 2022
En definitiva, el tejido empresarial en España es conocedor de los créditos bonificados pero aún existe cierta reticencia a apostar por la formación de los trabajadores como la vía más efectiva para crecer y ser cada día más competentes. ¡No te quedes atrás!
Si quieres más información o aclarar dudas, puedes contactarnos a través de nuestro formulario y estaremos encantado de atenderte.
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