Sinceramente, creo que ha llegado el final de las Plataformas LMS utilizadas hasta ahora y llegan a su fin con un balance claramente negativo. Si solo somos capaces de hacer lo que habitualmente vemos en la oferta formativa en formato elearning, estamos perdidos, el alumno interactúa con los cursos por inercia y con desgana. Pero no todo está perdido, de vez en cuando, a ese mismo alumno le presentamos cosas nuevas y la respuesta es excelente, y eso quiere decir que estamos entendiendo como quiere aprender y conecta con nosotros. Como hemos contado en muchas ocasiones en este Blog, las interacciones entre empresas y usuarios se miden en términos de experiencia y solo aquellas empresas que sean capaces de generar auténticas experiencias conseguirán seguir con garantías en la pelea de sus respectivos mercados.
Debemos ser capaces de crear productos que puedan desarrollar toda su potencia en el ecosistema digital de los alumnos y en definitiva ese ecosistema digital plantea su diseño y función es con total claridad en entornos como Netflix, Spotify o HBO, todo lo que esté alejado de este modelo definitivamente no puede funcionar. La ecuación es sencilla:
Buenos Contenidos + Plataforma de contenidos digitales al estilo de Netflix o Filmin = Fantásticas experiencias y grandes resultados de aprendizaje.
Hablamos más en detalle de este concepto en este post sobre experiencia de alumno en formación digital.
¿Cuándo comenzamos a abandonar la idea de los LMS?
Hace unos meses nuestro equipo de diseñadores de producto digital creo el diseño front, la usabilidad y el prototipo de la interfaz de una plataforma de elearning, pero a pesar de que el resultado fue muy bueno, sirvió para generar una vez más la reflexión de cómo debería ser la experiencia del alumno cuando llega a una plataforma y como debe ser el espacio de conocimiento en el que una compañía pueda proyectar su cultura, sus valores y conseguir grandes resultados de aprendizaje en conexión con su estrategia.
Mucho antes de ese encargo, en SmartMind empezamos a utilizar el concepto de ultra LMS (más allá de los LMS) para definir la necesidad de un ecosistema de contenido en el que profesionales y empresas pudiesen desarrollar nuevas experiencias de formación aprovechando tecnologías ya existentes que a su vez son utilizadas por muchos de nosotros con unas experiencias muy satisfactorias. La idea es conectar todas esas funciones, crear lo poco que falta y diseñar un ecosistema de aprendizaje total.
Desde hace mucho tiempo insistimos en dos desastres simultáneos, (1) ofrecer contenidos desastrosos (2) en plataformas LMS imposibles y la suma de ambos ingredientes ofrece una receta nada apetecible.
En nuestro caso nos centramos en plantear una evolución en el desarrollo de contenidos digitales para formación basada en las últimas tendencias de diseño gráfico y web, que se suman a una realidad incontestable. El vídeo se impone poco a poco en las dinámicas de formación más sencillas. Unos años después parece que la razón de ser y el enfoque de SmartMind eran correctos, existía una clara necesidad de contenidos diferentes a los que la mayoría de los consultoras de formación ofrecían (y ofrecen). Las grandes empresas lo han sabido ver y están sustituyendo a sus antiguos proveedores por una nueva generación de mucho más nivel y sobre todo con muchísimas ganas de hacerlo bien.
Los contenidos son la esencia, pero necesitan el marco adecuado en el que desarrollar toda su potencia y aquí es donde los LMS fallan estrepitosamente. Lo gracioso es que todos los alumnos lo saben y los responsables de formación son conscientes de que algo no funciona, pero la realidad es que existen demasiadas barreras para cambiar la configuración actual y no demasiadas alternativas.
Por suerte muchos profesionales entienden la raíz del problema y un nuevo mercado (enorme) comienza a abrirse paso achicando día a día el monopolio anti experiencial de los LMS.
Un mercado que ante la necesaria evolución de los proyectos formativos va a crecer de manera exponencial en los próximos años muy probablemente a partir del concepto de Learning Experience Platform o de manera abreviada los LXP, impulsado por indicadores e inteligencia de datos en las LXP que permitirán personalizar y mejorar las experiencias de aprendizaje de manera más eficiente.
No hay demasiada literatura al respecto y creo que todo esto se está construyendo por lo que no es el momento de establecer dogmas porque lo único que es innegociable es que las LXP consigan desarrollar espacios de aprendizaje donde las características de esta nueva plataforma y los contenidos cumplan con los objetivos de aprendizaje y el conjunto de lugar a una gran experiencia para el alumno.
Lo que quiero decir es que por lo que se ve, el concepto de LXP camina en diferentes direcciones y creo que eso está muy bien porque ahora mismo estamos en modo descubrimiento, probando ideas, sacando conclusiones de nuestros experimentos mientras seguimos formando miles de alumnos en nuestros LMS pero creciendo día a día en los proyectos que realizamos en las LXP.
Hasta hora las plataformas se han caracterizado por un enfoque hacia la gestión y a los apartados técnicos alejados casi siempre de la experiencia y el proceso de aprendizaje del alumno. Pero es que el alumno de hoy ya no acepta esta idea, nos advierte cada día de que esa sea probablemente su última vez con este modelo, no conectan, les enfada incluso porque muchas veces es una falta de respeto lo que se les llega a ofrecer.
Los modelos de aprendizaje son cada día más y más complejos y eso sumado a que hoy todos somos clientes digitales críticos, estoy seguro de que finalmente los LXP terminarán sustituyendo a los modelos actuales de LMS y muy probablemente dando lugar a nuevos actores en dichos mercados.
¿Por qué necesitamos plataformas de experiencia de aprendizaje LXP?
Parte de la respuesta a esta pregunta ya se ha respondido en los párrafos anteriores, pero en este punto voy a tratar de ser más preciso.
En un primer momento los LXP se enfocan a la búsqueda de contenido procedente de múltiples fuentes que se filtra de manera personalizada para cada alumno. Esto permite que el alumno interesado en algo además de curso que realiza vamos a decir de manera más formal, enriquece su experiencia accediendo a más y más contenido disponible en la red pero de forma lógicamente disgregada. En nuestro caso en 2015 diseñamos como primera experiencia lo que denominamos Sistema Digital inteligente del que hablaré un poco más adelante pero que está en la base de toda esta historia ya que siempre pensamos que ese modelo debía ser una pieza fundamental de las experiencias de formación que queríamos ofrecer a nuestros clientes y alumnos. En torno a ese sistema inteligente diseñamos la primera máquina de información que nos permitía personalizar el contenido.
El LXP nace y vive en el ecosistema de las grandes plataformas audiovisuales. Cómo puedes pasar de Netflix a un LMS sin sufrir un colapso. Lo que tratamos de explicar es que un LXP, es un verdadero sistema de entrega de contenido digital, que hace que el contenido que necesitas sea fácil de encontrar y utilizar.
El siguiente paso fue sencillo, casi infantil. Hay un montón de herramientas increíbles con las que trabajamos a diario en Marketing, gestión, ventas, cultura o comunicación que en muchos casos se podían integrar en la configuración de una LXP, para que perder el tiempo desarrollando lo que ya existe y además funciona también que en muchos casos han creado una categoría.
No debe llevarnos a error el insistir en que los LXP deben centrarse en los alumnos por que lógicamente debemos seguir administrando la formación pero es evidente que las funciones de gestión aparecerán claramente optimizadas en los LXP, pero el protagonismo como decimos lo tendrá el aprendizaje, la experiencia y en definitiva el alumno.
En todo este tiempo, hemos aprendido mucho, hemos experimentado con fuego real, hemos descartado cosas que parecían necesarias y hemos tenido grandes sorpresas porque al final solo tiene sentido el proyecto que logra ambiciosos objetivos de aprendizaje en torno a una gran experiencia educativa.
Se trata de hacer tabula rasa del modelo de elearning que se ha venido utilizando y plantear un modelo completamente diferente sobre la base de los LXP. No existe mucha literatura sobre este concepto y por eso hemos preparado una serie de post en los que hablaremos con detalle de las funciones que creemos que deben incluirse en una LXP, cómo construir una infraestructura de datos, cómo diseñar grandes experiencias de formación para tu empresa, cómo hacerlo utilizando herramientas que ya estas utilizando y como conectarlas con tu LXP. Hablaremos también de nuestro modelo inteligente de búsqueda de contenido para personalizar la experiencia y en definitiva muchas otras cosas que podrán ayudarte a crear proyectos de formación en la era digital.
Antes de terminar esta primera entrega sobre las Learning Experience Platform vamos a responder a dos cuestiones esenciales:
¿Qué es una LXP y en que se diferencia de una Plataforma LMS?
En primer lugar creo que el concepto de LXP se está construyendo día a día y a medida que experimentamos con nuevas fórmulas se van estableciendo las bases de lo que en SmartMind denominamos el ultra LMS (Más allá de los LMS), por eso, para nosotros, desde siempre el diseño de experiencias de aprendizaje ha sido importante, razón suficiente para que nuestro modelo este basado en ello.
No obstante, hay algunas ideas claras en torno a la idea de las Learning Experience Platform y en concreto el punto de partida está en la oposición con los LMS, centrados principalmente en los administradores frente a las LXP centradas en la experiencia del usuario con dinámicas de gestión mucho más simples y sofisticadas que, curiosamente, en cuestiones como analítica son infinitamente más potentes.
La LXP se crea para desarrollar experiencias únicas de aprendizaje a través de la unión de cuestiones como el diseño y la usabilidad de las grandes plataformas de contenido, con dinámicas inteligentes como el machine learning para la búsqueda de contenidos que complementan de manera personalizada el programa que realiza cada alumno.
Buscamos el equilibrio entre la belleza y la función, compatibilidad entre diseño y utilidad para el aprendizaje. Necesitamos que sean intuitivas, entendibles, sencillas, elegantes y profundamente inteligentes.